Cena de fin de Curso 2º de Bachillerato Curso 2008/2009
Casi cada año, celebramos la cena de fin de curso con los alumnos y alumnas que han estudiado 2º de Bachillerato en el Instituto. Hay ocasiones en que, de una parte u otra, no quedan tiempo o ganas y faltamos a la cita. Tratamos en los últimos años de que eso no ocurra, resulta siempre una fiesta hermosa de alegre y sincera camaradería. En ella, entre el ir y venir de la comida y las copas, evocamos los mejores y peores momentos que profesores y alumnos vivimos en el Instituto. En ella, sobre todo, se da rienda suelta a la fascinación por los recuerdos fotográficos. Y es que retener el tiempo en imágenes es un afán irreprimible del ser humano desde el comienzo de los tiempos. Pero, ¿y las palabras? ¿se retiene el eco de las palabras? Como otros años, me ha tocado dirigir algunas palabras a estos chicos y chicas que representan a esa parte "privilegiada" de lo mejor de nuestra "producción educativa". Es verdad que hay otras partes, la de aquellos alumnos que han dirigido su interés y trabajo por un Ciclo de Formación Profesional y, sin duda, la parte más poblada, la de los "más", la de aquellos que se han quedado en el camino y apenas llegaron a alcanzar el Graduado de la ESO. De nuestros alumnos y alumnas de Segundo Bachillerato estamos muy orgullosos. Ellos y ellas son la cara del éxito del sistema. Pero, como decía mi maestro Don Milani, "La escuela tiene sólo un problema: los chicos que pierde". Allí, en nuestra alegre y feliz cena, revoloteando por encima de nuestras felices cabezas, estaba rondándonos la sombra del fracaso escolar. Desde nuestra preocupación por él, la cena representa para nuestro centro un reconocimiento merecido a cuantos se esfuerzan por seguir el nada fácil camino del estudio. El fracaso escolar es cierto que tiene causas estructurales, complejas. A él contribuyen, sobre todo, la pérdida del sentido del estudio y la aniquilación del esfuerzo que sufrimos en el mundo en que vivimos. Esta sociedad se ha empeñado en mostrar como modelo y camino para el triunfo instantáneo el de los que llegan fácilmente a la cima del éxito social y del dinero. Tal vez esto explique la desmotivación que prende en algunos chicos y chicas de la mano de muchas de nuestras familias atrapadas en los valores de un sistema social que desvaloriza el estudio como camino de formación ciudadana. En fin, esto dije ayer:
Estimados alumnos/estimadas alumnas:
Hace seis años cuanto menos, llegasteis al Instituto. Habéis estado viendo vuestras fotos de estos años pasados. ¡Cómo nos ha cambiado el paso del tiempo! ¡Cuánta gente ausente! ¡Cómo os ha cambiado la cara, ¿verdad?! Dicen que la cara es el espejo del alma. ¿Os ha cambiado también el alma? Esa es la pregunta esencial que os debéis hacer. Es muy seguro que, al igual que hoy me contaban en su visita al instituto los alumnos de Educación Primaria del Colegio, teníais entonces expectativas y disparatados sueños. Supongo, que también algunos temores. No sé si el tiempo ha confirmado o frustrado unos y otros. El caso es que, al fin, aquí estáis. Aquí estamos.
Deberíais observar, sin embargo, que en realidad sólo se cierra momentánea y brevemente un ciclo de vuestras vidas. El Bachillerato no es más que la apertura de una puerta a nuevos retos futuros: la Selectividad, un Ciclo Superior, una carrera universitaria… (O, a estas alturas, cuando aún no se conocen los resultados finales, para algunos, exámenes en septiembre para recuperar algunas asignaturas que se resisten). Sea como fuere, aquí estamos, despidiendo simbólicamente el final de una etapa.
En nombre del Profesorado del IES Gerena y de cuanto haya podido significar para vosotros el instituto, quiero daros la despedida. Una despedida que es al mismo tiempo una invitación a que cuando lo necesitéis, volváis siempre que queráis. En nosotros encontraréis siempre aquello que, desde nuestra modestia y nuestra diversidad como profesores y personas, hemos intentado compartir con vosotros: el amor al conocimiento, el apego al estudio, el afán por mejorar y, muy especialmente, educarnos juntos en los valores del trabajo, del esfuerzo, de la amistad, del compañerismo. Si como centro educativo no os hubiéramos brindado la posibilidad de encontrar algo de todo esto para vuestro crecimiento como alumnos y como personas, estaríamos perdidos… para hoy y para el futuro.
Este acto, como hace ahora justamente un año, otro, y otros que vinieron años atrás y otros que vendrán en el futuro, representa un ritual que se repite cada año en la vida de los profesores y de nuestro centro. Nosotros apenas cambiamos, pero vosotros vais cambiando siempre. Eso explica que digamos siempre las mismas o parecidas cosas.
En nombre del profesorado del IES Gerena, os quiero dar, sobre todo, las gracias. Siempre diré que lo mejor que ocurre cada día en los centros de enseñanza, sois vosotros, los alumnos y alumnas que los pobláis con vuestras risas, con vuestros agobios, vuestras contradicciones, vuestra desorientación, vuestras preocupaciones, vuestros problemas y, también, con vuestros anhelos, esperanzas y vuestro trabajo. Vosotros y vosotras aportáis cada día, cada año, vuestras maneras de ser, vuestra personalidad, vuestra presencia. Sois como el abono que da fuerzas y sentido al trabajo del profesorado y a la inquietud de vuestros padres que tienen puestos en vosotros sus mejores deseos. Sin nada de eso, los centros estarían carentes de vida. No os quepa duda: algo de vosotros, de cada promoción que estudia en el IES Gerena, va quedando para siempre en él.
Para tratar de explicar menos torpemente lo que os queremos desear en esta noche, me gustaría servirme de las palabras de ese viejo poeta, Mario Benedetti, que murió hace apenas unos días:
No te rindas
No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor, no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
Mario Benedetti
(Porque no estáis solos, porque nosotros os queremos)
En Gerena, 22 de mayo de 2009
1 comentario:
Buenas noches,
Por fin aparece este esperado comentario sobre aquella noche!!La misma noche de la cena me conecté en cuanto llegué a mi casa a ver si por casualidad habrías escrito ya algo, aunque claro, era de esperar que a esa hora me encontraría con nuestro amigo Benedetti como última entrada, al igual que fue el sábado, pero cual ha sido mi sorpresa cuando al volver aquí me encontraría con la nueva publicación!! Y ya ves, casi las doce menos veinte y aún aquí, repasando los momentos vividos en el centro... Una vez más, no fui capaz de salir ante el público para pronunciar las palabras que resumiría lo que los alumnos hemos vivido con ustedes, y es que no habría sido capaz pues no habría sabido por dónde empezar. Cada uno de nosotros tiene tanto que contar...en fin, nuestra compañera Cristina supo encontrar el valor para hacerlo y, al igual que tú, mencionó unas palabras que dejaron caer unas lágrimas disimuladas que delataban nuestros más profundos y escondidos sentimientos hacia nuestra segunda casa, nuestros segundos padres, madres, hermanos y hermanas... Tan solo quería aportar con este mensaje una parte, una muy pequeña parte de lo que todos los que formamos esa gran familia habéis significado para mí, y lo significaréis siempre.
Sin más me gustaría animarte a seguir luchando por ese gran sentido que tienes de lo que es un profesor, no abandones nunca tu misión ya que todavía existen los alumnos que saben que están donde están gracias a todos ustedes y a vuestra ayuda, y siempre los habrá mientras se luche para ello.
También me gustaría darte las gracias, a ti y a todos los demás profesores que habéis estado ahí, con vuestros lados positivos y negativos, vuestros buenos y malos momentos, y que todos juntos habéis trabajado en la difícil tarea de hacernos electricistas, médicos, jardineros, artistas o simplemente bachilleres.... pero sobre todo, personas.
Un sincero abrazo.
Vicente Benítez Moyano
Alumno del I.E.S Gerena
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