A la vuelta de unas vacaciones de abundantes lecturas sobre educación, con alguna densa novela a las espaldas, de emocionada inmersión en la apasionante historia de la España contemporánea, de búsqueda de la verdad en ajados legajos de consejos de guerra sumarísimos... A la vuelta de unas vacaciones rebosantes de trabajo en la elaboración de un proyecto educativo, de divertida transcricpción de documentos singulares de los años 40 y 50 y, sobre todo, de disfrute familiar y plenas del frescor de la cercanía del mar... A la vuelta de vacaciones, encuentro intacta la realidad de un mundo donde casi todo está por hacer. Y encuentro intacto también mi afán de ilusionarme en cambiarlo un poquito, desde aquí y ahora. Y quiero que lo sepáis y quiero renovar, indignado, mi deseo de hacer posible la justicia. No me explico cómo hay quien ha vuelto de vacaciones con la sonrisa apagada, el rostro fastidiado y unas alforjas vitales vacías de emociones que compartir.
1 comentario:
Yo también quisiera pedir perdón por ser un cobarde. Aquí somos, casí todos, todo cobardia.
Publicar un comentario