Ha llovido como no recordaba desde hace años. Me ha parecido que han vuelto aquellos interminables días de temporales en que padre volvía del campo empapado y se encendía un brasero para secar la ropa sobre aquel armatoste que a mi me parecía gigantesco, el zahumador, trenzado con baretas, ya muy resecas, de olivo. Un olor intenso de alucema, mezclado con las humedades de la ropa campesina, nublaba los portales enladrillados de la "casa barco". Nostalgia de aquellos días en que el viento tronchaba algunas ramas y dejaba huérfano el limonero y empedrado de amarillo el corral. Ah, la lluvia. Sobre esta tierra, la lluvia nos hace habitar el paraíso, una tierra rica...de gente pobre. Nostalgia de quienes tanto amé, del pueblo y la gente que amo.
Hoy, los tiempos han cambiado...
Hoy, los tiempos han cambiado...
Aunque, a veces, no parecen haber cambiado tanto...
6 comentarios:
bueno , bueno ,a mi tambien me parece bien que los tiempos cambien sobre todo si es para mejor
Mientras seamos, siempre estaremos cambiando.
'no somos lo que somos, sino lo que hacemos por cambiar lo que somos' (bonita frase)
Quien sabe Leo, muchas son las ocasiones en que recuerdo la famosa sentencia del Gatopardo: cambiar todo para que nada cambie. Quizás necesitemos que toda esa diversidad y todas las banderas corran y ondeen de verdad por nuestras calles, que sólo son nuestras porque son de todos.
Sartre escribió en una obra que representé en mi juventud: el infierno son los demás. Magnífica frase por su contraria: el paraíso también son los demás; y si somos capaces de edificarlo aquí, en nuestra vida, seremos mucho más sabios.
Yo también estoy en ello.
Un abrazo.
Es verdad, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. Qué sería del mundo, sin la necesidad de cambio. Saludos.
La imagen del río y tu comentario, me hacen sentir nostalgia.
Un saludo y un abrazo muy fuerte desde Catalunya.
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