La Universidad fue nuestro verdadero bautismo de fuego político: los compañeros que repartían clandestinamente la propaganda comunista de todos los matices; los que ponían carteles a una velocidad de vértigo; los que abrían la puerta del aula y lanzaban panfletos a su interior; las celebraciones de la revolución portuguesa o la condena del golpe de Pinochet; las carreras policiales por los pasillos; las masivas asambleas de facultad… Y, sobre todo, las huelgas… Hay muchos que han olvidado que la democracia vino de la mano de nuestra participación en todo este variopinto ceremonial de sueños utópicos. Hoy como ayer, ¿puede convertirse una HUELGA en herramienta transformadora? Hoy brilla por su ausencia en algunos sectores sociales una clara conciencia de la necesidad de perseguir los sueños de un futuro mejor; predomina la falta de conciencia de “clase trabajadora”. A todos nos inquieta la inexistencia de protagonistas políticos o sindicales dignos de admiración…En la masa impersonal se ha instalado el discurso neoliberal de las excusas estereotipadas y reaccionarias; muchos se escudan en el ejercicio de la libertad individual, del derecho a acudir al trabajo… ese discurso egoísta de que nadie piensa en mí…por lo que yo no pienso en nadie… En fin, gran laboratorio y escenario éste de la sociedad actual para reflexionar sobre la condición humana. Aún a riesgo de parecer un romántico, sólo nos vale en estos momentos el discurso de la defensa de la dignidad de los más débiles. ¿No los vemos a nuestro alrededor? Basta este motivo para ir a esta y a todas las huelgas. En la facultad, recuerdo, yo cantaba aquello de:
A la huelga cien
A la huelga mil,
A la huelga, madre,
yo me voy también
Extraigo de un viejo periódico obrero de 1904 que me han dejado mis amigos Enrique y Cloti este poema:
LA HUELGA
Quedaron en quietud las férreas máquinas
en silencio martillos y poleas,
el yunque frío y el taller desierto,
sin humo la arrogante chimenea.
Extinguióse la lumbre de la fragua,
extinguióse el vapor de las calderas
de los cantares no repite el eco,
el cielo que se viste de tinieblas.
El taller que es el templo en que se adora
al dios Trabajo, en oblación suprema,
donde se oyeron los grandiosos himnos,
que pregonaron aceradas lenguas,
aquellos santos himnos redentores,
en que se hablaba de odios y protestas,
aquellos himnos con sudor escritos
sobre el húmedo suelo en las arenas,
desierto y mudo, sin calor ni vida,
tiene cerradas sus macizas puertas,
pues no tornan los hijos del trabajo
a proseguir esclavos la pelea.
Hubo un tiempo infeliz en que esos hombres
como parias ahogaban sus querellas.
Hubo un tiempo en que vencidos
y cobardes lloraban sus afrentas.
Más un rayo de luz entró en sus almas,
corrió hirviendo la sangre por sus venas,
sacudieron su yugo y entonaron
la bendita canción de las protestas.
No más esclavitud, no más desdoro,
cerradas del taller sigan las puertas,
en silencio que sigan los martillos
y quietas continúen las poleas,
mientras las torpe esclavitud aliente,
siga mudo el taller, siga la huelga.
José Muñoz San Román
¿Cuándo recuperaremos aquel espíritu intemporal de las luchas obreras a las que tanto debemos? ¿Por qué seguimos tan ciegos al esfuerzo, al sufrimiento y a las HUELGAS de aquellos antepasados que tanto futuro nos han regalado?
2 comentarios:
Ernesto Guevara de la Serna en su manual "Guerra de Guerrillas" enunciaba uno de los principios básicos del movimiento guerrillero: "No afrontar un combate cuando se tenga la certeza que no se va a ganar".
Con salir a la calle y ver el atasco de coches, uno bien sabe que la huelga ha sido un fracaso.
Debemos de preguntarnos el porqué, Porqué habiendo causas justas para ir a la huelga no ha sido mayoritaria (más bien minoritaria)
Los grandes sindicatos, los aristocratas del sindicalismo, podrán autoengañarse y seguir soñando, pero en algún momento, si desean sobrevivir, deberán darse cuenta y abandonar su pequeño sueño burgués y volver a poner los pies en este mundo.
Los sindicatos más modestos (y más dignos) no pueden ir de la mano de los que cobran del estado 8500 millones de euros.
La huelga en pleno siglo XXI debe de seguir siendo un arma en mano de las clases obreras no sólo para defender sus derechos sino adquirir nuevos, pero bien usada y no como mero instrumento en manos de los aristócratas del sindicalismo, de lo contrario pierde todo su poder. Tenemos ejemplos recientes: ¿Hay algien que se acuerde de la huelga de funcionarios del 7-J? ¿Cumplió sus objetivos? No.
¿Se acordará alguien dentro de un mes del 29-S? Probablemente no, pude que algunos se sientan más dignos por realizarla, y es cierto, ir a la huelga es un acto de dignidad, pero ir a la huelga sólo por dignidad es quedarse muy corto en los objetivos.
Venía a decir San Carlos que el fin de los sindicatos debe de ser alcanzar el poder político. Premisa que los aristócratas del sindicalismo no desean comprender.
Estamos faltos de personas dignas, en el sindicalismo y en la politica.
Sólo pido una cosa: San Carlos sácanos de estas tinieblas.
Amigo mío... la democratización (al menos para la mayoría) de los recursos y la ascensión de la mayor parte de la población a un status que, creen, se asemeja a la "clase media" tienen sus aspectos negativos y positivos. Los hijos de aquellos obreros tienen demasiados recursos y viven lo suficientemente desahogados como para ocuparse de los demás. Tienen su BMW y paquete de tabaco simpre a mano ¿para qué luchar? "Que no pasen mis hijos lo que yo pasé". "Mi líder, mi ídolo es para ellos (un tal) Rafa Mora, que sale en televisión". Un chulo de tomo y lomo... sin preaviso. Eso es a lo que aspira la mayoría (por suerte) de la juventud. En fin... tal y como últimamente creo... "el hombre es ser social por conveniencia". El mundo está al revés... tan al revés que una tal Belén Esteban, con el implícito manejo de nuestra "querida caja tonta" sacaría más votos que IU en unas hipotéticas elecciones (me imagino que es de coña... y para manejar aún más el asunto). ¡¡¡¡Qué fuerte!!!! ¿Pa'k'estudiá?
Un saludo AFC
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