2002

viernes, 10 de abril de 2009

DIARIO ÍNTIMO…DE UN PROFESOR

Ella


Dejadme contaros algo. Ella duerme a mi lado. Escucho cómo cadenciosa y suavemente toma del aire prestada la vida. Así, puedo observarla todo lo que quiero y hasta desenredar de su pelo, sin despertarla, los malos sueños. Ocurre en esas horas en que este insomnio galopante de la edad me roba el descanso. A pesar de estos más de veintiséis años juntos, siento que nuestro amor sigue abriéndose camino. ¡Y pensar que había quien no daba dos días seguidos por nosotros! Hoy quiero recordar agradecido este regalo del tiempo. ¡Qué afortunado he sido! En el reino de la ucronía tal vez pude tener reservadas otras felicidades, pero todas navegan lejanas e inasibles. Me gusta sentirla al lado y acurrucarme sobre el exagerado y cálido zigzag que traza su cuerpo. En la oscuridad, siento cómo respira el silencio de la casa al compás de un eléctrico tictac. Y pienso en quienes hoy, en la soledad de la calle, sin techo protector, cubiertos por el inmisericorde manto de la desdicha, no encontrarán cobijo para su noche. Y mi dicha se siente algo huérfana, desvalida, inútil, hasta avergonzada: “Soy feliz, soy un hombre feliz y quiero que me perdonen por este día todos los muertos de mi felicidad”…Así canta Silvio Rodríguez, y no le falta razón. Y ella duerme confiada hasta que ese impulso invisible de las madres, a media noche, la lleva a vigilar el sueño de su hija. De vuelta, de manera acompasada, como durante toda la noche, nuestros cuerpos se girarán una vez más para buscarse y entrelazarse en un rito de posturas de durmiente amabilidad. Alguna vez le susurro: “te quiero”. ¿Qué misterio es éste de la pareja humana? Hay quienes dicen que somos de los pocos seres vivos que, en contra de la ley natural, nos emparejamos por siempre con el mismo individuo. Hay quien también ha afirmado que lo único que nos sobrevivirá es el amor. Es hermoso pensar que será así. Sé que hay muchos modos de decir “te quiero”. En primer lugar a las personas que amas. Pero, también, a quienes te rodean más allá de las fronteras de la familia. A mi me gusta regalar estas palabras. Es cierto que están demasiado desgatadas por el uso ramplón, superficial y traicionero que con frecuencia les damos. Es cierto que no deberíamos “consumirlas” como la mayonesa: con casi todo y perdiendo en ello el placer de saborear lo auténtico, sin aditivos disimuladores de lo verdadero. Es verdad que hay que manejar con cuidado ciertas palabras, sobre todo, las que tenemos reservadas para transformar el mundo. Sí, debo reconocerlo, me gusta decir “te quiero”. En privado y en público. Y no olvido que el amor moverá a mi mundo en el mundo. Es amor lo que deberíamos enseñar en las escuelas y en los centros educativos: amor por el conocimiento, por la historia, por las matemáticas… Pero, sobre todo, el amor mismo, la necesidad de saber amar. ¿Cómo sería ese currículum? Tema uno: Saber dar y recibir cariño. Ejercicios prácticos de ternura y momentos íntimos. Tema dos: Del beso, los abrazos y las caricias. Taller Práctico Nivel I: La confianza. Tema tres: De la amistad. Tema cuatro… Sí, deberíamos enseñar a querer y a querernos. La gente considera normal enseñar Educación Vial y sacarse el carnet de conducir, pero ¿quién nos instruye en el amor? Y me vuelvo a la cama y la atraigo hacia mí y me siento afortunado, y le doy las gracias, y le digo susurrando, muy quedo, entrando ya definitivamente en la casa de los sueños: “te quiero”. Ella no lo advierte, descansa, bien sabe que queda por delante un largo y nuevo día y que mañana tendremos que seguir persiguiendo la posibilidad de ser felices, ese regalo que hasta a los dioses se les hace inalcanzable.

3 comentarios:

Felipe Marín Álvarez dijo...

¿Lo ves amigo? Ahora el regalo lo das tu. Hoy las gracias son para ti. Afortunado soy por tener ordenador, internet, y tu amistad.
Tus palabras me hacen rico.
Un gran abrazo.

ALVARO ARIAS dijo...

Estimado Leonardo:

Eres afortunado por querer, por ser querido y por saber expresarlo masgistralmente.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Sencillamente hermoso. El amor es lo que mueve al mundo. Gracias por compartir con todos lo que te leen ese sentimiento tan importante.