2002

martes, 23 de septiembre de 2008

El "cucharro" de la sostenibilidad


Aquí está solo. Más bien, aislado, ya que no podéis ver lo que hay a su alrededor: cientos de platos y vasos de plástico sucios, a punto de ir a la basura tras un sólo uso. Un sólo uso. Digo bien y repito: ¡Un sólo uso! ¿Cuántos hombres de campo habrán aliviado su hambre en él durante los deseados descansos de las penosas jornadas de trabajo? ¿Cuántos gazpachos de domingo y celebración habrán refrescado sus entrañas? ¿Cuántos sopeaos habrá acunado su centenaria concavidad? La cultura del usar y tirar ha ido abandonando los viejos útiles de la cultura campesina en los oscuros rincones de los "soberaos". Allí, o en las casonas de las huertas dormitan sus sueños de siglos, reducidos al nivel de cacharros . Pero nuestro "cucharro", como esos olvidados trastos viejos, puede pavonearse de resistir al tiempo y a los avances de la industria petroquímica. Nacido del humilde y poderoso traje de los alcornoques, esos árboles capaces de vencer al fuego, monstruo al que sucumben la mayor parte de las criaturas del bosque, nuestro "cucharro", es toda una oda a la sostenibilidad, a esa firme creencia de que todos los caminos del futuro más posible conducen inevitablemente a conductas respetuosas con los rítmos de vida que marca la madre naturaleza. Quizás haya quedado para algunos, jóvenes y no tan jóvenes, en la anécdota casi exótica de una demostración culinaria. Pero puedo aseguraros,en mi opinión, que no ha habido en la Feria Ganadera, artilugio más cargado de futuro: Un verdadero canto a nuestra cultura milenaria, la pasada y la "por venir".

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