2002

viernes, 10 de octubre de 2008

Diario de un Profesor (IV)



El alumno: ¿el enemigo de cada día?


(A mi antiguo alumno Francisco José Vázquez Vivero y a mis amigos de Guillena)


“Cuando me encuentro a veces con un antiguo alumno que se declara feliz por las horas que pasó en mi clase, me digo que en ese mismo momento, por la otra acera, tal vez pasee otro para quien yo fui el aguafiestas de turno”.


Mal de escuela. DANIEL PENNAC


Siempre digo, y a ser posible delante de otros profesores, que los alumnos son lo mejor que ocurre en la vida de un profesor. Sin ellos, nuestro trabajo carece de sentido. Por ello me resisto a las expulsiones, de clase o del centro. Me entristece hasta la impotencia cada alumno o alumna que decide “quitarse del colegio” ¿Qué será eso que damos que cuanto menos quieren, mejor? Anda el patio de la educación con tal alboroto que se extiende por los centros, la ideología del “dar un escarmiento”, de “aplicar el reglamento”, de “mantener incólume la autoridad del profesor”, de la sanción como máxima suprema para el mantenimiento del orden… Mal asunto cuando hacemos del alumno el enemigo a batir de cada día. Y lo digo yo, que en este momento soy quien tiene la atribución de firmar “las sentencias” de las expulsiones. Yo, que no creo en ellas.


Lo reafirmo: mis alumnas, mis alumnos, los que he tenido, los que tengo, los que han de venir , me han hecho ser, en gran medida, como soy. Incluso cuando ellos pensaban que yo les aportaba algo, ellos me han dado a mí mucho más. Con cada uno de ellos tengo una deuda de gratitud casi infinita. De los buenos y de los malos. De los brillantes y de los “fracasados”. De los tímidos que pasan desapercibidos y de los que se hacen notar.

Anteayer, saludé a “Floren”. Recuerdo que era el alumno más “malo” y difícil del mundo. Cuán difícil nos hacía las clases. Cuando lo he visto, me ha saltado contento el corazón en el pecho. Hemos estrechado nuestras manos. Enseguida he entendido su mirada. La vida le ha hecho madurar. Y enseguida he percibido que no supimos conectar con el ser extraordinario que anidaba en su interior. Muchos le auguraban un futuro…Bueno, ningún futuro. Hoy es un padre de familia responsable, cariñoso, trabajador… Transpira hasta ternura. Y es que de eso se trata: de saber leer en los ojos de nuestros alumnos el rico mundo personal que llevan dentro. Difícil arte, sí. Pero eso es educar y no otra cosa.


Ayer me crucé en la calle con Juanma. Paré el coche y charlamos brevemente. Aún no tiene los catorce y ha decidido no volver al Instituto. Prefiere deambular por las calles sin rumbo, en su bici, todo el día, mañana y tarde. A él no le parecen malas compañías sus amigos. ¡Cómo puedo pretender que comprenda que el riesgo viene de sus amigos! ¡Qué estúpido soy!

Hoy, en mi carrera diaria, paré un momento para entrar en casa de Reme. Había llamado ya seis veces en su puerta en días anteriores. Al fin, he visto luz en su interior, ella me ha abierto y puedo hablar con ella ---una vez que decide no gritar más--- y con su padre. A sus trece años, ha resuelto poner fin a su vida de alumna. Le hablo de las obligaciones, del futuro, de los Servicios Sociales…de que nadie recoge lo que no siembra… ¡Cuánta impotencia! Le hablo con todo el cariño de que soy capaz y le digo que me parece que va a una velocidad muy superior a la que sus años pueden aguantar. ¿Me habrá entendido?


Al llegar a casa, abro el correo electrónico y encuentro noticias de un antiguo alumno. Han pasado ocho años. Ya nos habíamos reencontrado aquí en el blog. Me dices:


“hace un tiempo, no mucho, haciendo una ruta a escondidas (probablemente no sepan que leo sus bitácoras) por blogs de amigos gereneros, encontré la grata sorpresa de tu página personal.

Si bien no suelo hacer comentarios, con el tuyo sentí la necesidad de opinar sobre la entrada de memoria histórica. No solo porque me interesara lo que decía, también porque quería que supieras que en alguna ocasión que otra durante estos años, los que hace que estudie en Gerena, te he recordado en algún momento de mi vida. Y me basta solo contarte el ejemplo de Intermon. Desde aquel viaje o excursión que hicimos, colaboro con ellos en sus campañas hasta donde llega mi capacidad.

Mas o menos presentado quedo, y aunque el número de niños que habrán pasado por tus clases te haga imposible recordar mi careto, quería que supieras que fui alumno tuyo. Eso básicamente fue lo que me hizo comentar y engancharme por primera vez a un blog (porque aunque leo muchos, hoy por hoy a ninguno visito a diario como hago con tierra prospera) y buscar cada día y cada momento alguna entrada nueva. Encantado de haberte reencontrado.”

Inmediatamente, me he ido a buscarte entre mis cuadernos y diarios de clase.---Los conservo todos--- He repasado tus notas de exámenes y mis anotaciones. Descubro por ellas que en aquel momento: No sabías, como un tercio de tus compañeros, qué hacer al finalizar el Bachillerato. En alguna ocasión no llevabas las actividades que repasábamos en clase y que tenías pendiente las Matemáticas de 1º… Y que aprobaste la Geografía, claro.


Al retroceder en el tiempo, siento una enorme nostalgia. ¡Qué buenos tiempos aquellos! Erais mayoría los alumnos de Guillena. Hoy, nos sobran los dedos de una mano para contarlos. ¡Cuánto siento que no estéis por aquí! Sólo un estúpido con estrechez de miras puede pensar que los gerenenses y los guilleneros estamos enfrentados. Aún sueño con la vuelta de muchos alumnos de ese querido pueblo a nuestro instituto.


Es verdad, como dices, que cada año trae una renovada y caudalosa corriente de apellidos y nombres nuevos, imposible de retener en la memoria con el paso del tiempo. Me ha ocurrido con cierta frecuencia que me saluden alumnos de quienes no recuerdo su nombre. Incluso que me hayan reconocido y para mí hayan sido unos desconocidos ---Esto me ha pasado, sobre todo, con los alumnos universitarios de esas aulas con más de cien alumnos---. Pero puedo asegurar que os llevo a todos como pequeños conquistas a las que no puedo renunciar.


Sé que a alguien le parecerá exagerado, pero mi Maestro, Lorenzo Milani, alzó en su capilla ---era sacerdote---, allí, junto a su escuelita, en Barbina, un altar a San Alumno. Sin duda, él ya intuía, como los grandes pedagogos del siglo XX y de siempre, que los alumnos son lo mejor que nos pasa, cada día, a quienes queremos sentirnos maestros con plenitud. Gracias a todos por hacérnoslo posible.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que alegría me has dado. Ya ni me acordaba de la cara de algunos compañeros y compañeras.
Me he leído la entrada unas diez veces y tendría que decir tantas cosas que no se como ordenarlas. Sigo leyéndola aún.
"Al retroceder en el tiempo, siento una enorme nostalgia. ¡Qué buenos tiempos aquellos!"
Y es verdad que eran buenos y que buenos amigos y amigas hicimos en Gerena. De Gerena, del Castillo, del Garrobo, de Aznalcollar... Aun mantengo el contacto con algunos, pero con otros se me hace mas difícil. Y mira que fácil es comunicarse. Son muchas las veces que te entra esa nostalgia y en las que piensas en llamar a ese amigo que hace tanto que no ves, pero al final por una cosa u otra nunca lo haces. Cuantos recuerdos, cuanto me ha gustado vuestro pueblo.
Últimamente, la verdad es que os visito poco. Este año ni por feria me he pasado. Quizá he sufrido un poco el desgaste provocado por acontecimientos que te acaban marcando. Mi última experiencia no fue la mas agradable. Pero se que aun guardo muy buenos amigos. Eso creo
” Sólo un estúpido con estrechez de miras puede pensar que los gerenenses y los guilleneros estamos enfrentados”
No se si los guilleneros volverán a estudiar en Gerena como lo hacíamos antes. Dos autobuses llenos.
Espero que algún día tengamos en Guillena un instituto de secundaria, aunque analizando la situación que están viviendo nuestros jóvenes adolescentes en materia educativa puede que tengamos que completarlo con jóvenes de otros pueblos Algo parecido a lo que ocurrirá en Gerena.”Cuando salga voy a pedirle trabajo a Justo”.
Si me llenaría de rabia y pena que se enfriase nuestra relación.
Con todo el cariño que soy capaz de dar, para mis amigos y amigas de Gerena.

LEONARDO ALANIS dijo...

Gracias por estar ahí y ser tal como eres. Seguimos "viéndonos"