2002

viernes, 24 de octubre de 2008

Diario de un profesor (VII)



No podemos olvidarnos del poeta


Hoy hemos salido a hacer algunas observaciones de campo. El objetivo: conocer de primera mano el tipo de afloramiento granítico existente en nuestro pueblo. Un afloramiento, por cierto, singularísimo, casi único en el mundo, al menos en el tipo de formación granítica que puede observarse de manera nítida al sur y al oeste del núcleo urbano (Zona de Periquillos y El Berrocal). En el llamado macizo de Gerena, encontramos lo que en Geología se conoce como un fenómeno de mezcla de magmas de distintas cualidades litológicas por su coloración y dureza. Nos referimos a esas formaciones de grandes manchas oscuras fácilmente distinguibles en la masa clara y argéntea del granito más común y que contribuyó, gracias al duro trabajo de los canteros, al uso ornamental de empedrados en algunas calles, plazas y edificios de nuestra localidad.


Se trataba de una visita rápida con el fin de cerrar el estudio teórico del relieve de España. Como ya he explicado en alguna otra ocasión, no me gusta la exclusividad de la geografía del aula. Siempre que puedo, me lanzo con mis alumnos al ancho mundo de la geografía de los espacios abiertos.


Estos que aquí veis forman el menguado grupo de estudiantes de 2º de bachillerato. Y lo que verdaderamente quiero contar es la anécdota paralela que ha surgido en la visita. En nuestro itinerario, hicimos una primera parada ante el busto de nuestro poeta más genuino: Juan Antonio Ramírez. Si bien es cierto que cuatro de los alumnos no son de Gerena, nadie había oído hablar antes de él. Les he hablado de sus orígenes, de su autodidactismo, de su manera de componer, de su compromiso, de la alta calidad de parte de su poesía social, festiva y galante y… de su amor a Gerena.


Su desconocimiento del poeta me ha suscitado algunas reflexiones: ¿Lo hemos olvidado? Pasó el año Juan Antonio Ramírez. Tiene su glorieta, tan cercana a la casa en la que vivió. Publicamos su antología poética. ¿Pero lo conocen las jóvenes generaciones? Os lanzo un envite a quienes aceptáis los retos hermosos: ¿Por qué no hacemos un material didáctico, incluyendo un itinerario poético por la Gerena que el glosó en sus versos, con el que niños, jóvenes y adultos aprendan a amar esa poesía que nace de las raíces más populares? Constituiría no sólo un atractivo más del interés turístico y cultural que encierra Gerena, sino un homenaje permanente a quienes como él nos han dejado un legado de sensibilidad y compromiso social. Sería el cultivo de su memoria a través de los escenarios que dieron vida a sus versos y cuya vida más sonora sólo pueden recuperar el pulso y el ritmo de los que quieren aprender el dominio sobre la palabra y aprehender con ella el mundo que les rodea. Sigamos la labor. No olvidemos al “poeta obrero”, no silenciemos nunca sus versos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Leo

Tu diario de profesor es digno de analizar por todos los docentes. Me encanta leer todos estos testimonios, algunos escalofriantes como el del chico que según él le fallaste, es espeluznante. Te felicito y te expongo mis más sinceras admiraciones. Le he dicho a Daniel que tenías un blog. Ya te dejará un comentario.

Sobre el poeta obrero, decirte que me uno a tu propuesta. He releído un montón de veces el libro publicado por el Ayuntamiento y Diputación. En el terreno musical contiene un Himno musicalizado por Martel. Tienes mi colaboración para lo que desees.

Un abrazo

LEONARDO ALANIS dijo...

Nos pondremos manos a la obra. Gracias por tu disponibilidad. Sabremos hacerlo. Un abrazo, colega. Por cierto, hay alguien a mi lado que ha dicho: "Uy, mi maestro". Me riñe por descubrirla,aunque le da igual. Te envía un besito.

Anónimo dijo...

Un pueblo que olvida su cultura es un pueblo muerto.

En Madrid yo vivo junto a la parada de metro de Miguel Hernández, esta parada que es como todas las demás de hormigón y plástico tiene una singularidad, sus paredes están adornadas con los versos del poeta.

Quizás esa idea pueda ser trasladada por ejemplo a colegios e institutos, creo que hubo un tiempo en que en las paredes de esos santos lugares podían verse escritas poesías.

¡Suerte!

LEONARDO ALANIS dijo...

Carlos, gracias por tu comentario. Al final, anduve perdido, y no pude formalizar mi voto. ¿Qué tal fue aquello?

Anónimo dijo...

Bueno no he sacado muchos votos pero al menos he conseguido aumentar bastante las visitas a NOTON, así que estoy contento, después de todo es lo que quería.

Anónimo dijo...

Hola Leo

Me gusta leer tu blog y tus comentarios cuando puedo, ya que ser mamá es una tarea muy dura y no tengo tiempo de casi nada.

En lo referente a este nuevo artículo llevas toda la razón. Yo te puedo decir lo mismo de otro gran personaje de nuestro pueblo: Manuel Martel, un músico gerenense con composiciones olvidadas y con una labor musical local impresionante. En los tres últimos años, en la banda municipal de música estamos intentando recuperar su memoria, su música y que los jóvenes de la banda sepan quién era y que la gran afición que hay en nuestro pueblo a la música se lo debemos, en parte, a este hombre.
El auditorio del centro cívico lleva su nombre.

Besitos.